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Sobre la rinoplástia

La rinoplastia es un tipo de intervención quirúrgica destinada a corregir defectos o malformaciones en la nariz. A través de ella se buscan resultados estéticos satisfactorios que no dejen vestigios o señales evidentes de que la operación fue realizada. Si bien cada caso tendrá sus características y procedimientos particulares, hablaremos aquí de los lineamientos generales de esta cirugía.

Procesos de la operación

– La persona interesada en mejorar el aspecto de su nariz ha de entrevistarse inicialmente con el cirujano para explicarle sus aspiraciones estéticas. El médico le realizará una serie de preguntas pertinentes y en la mayoría de los casos requerirá una exploración y una tomografía de esta parte del cuerpo, además de análisis fotográficos.
– Posteriormente, el cirujano propondrá al paciente un plan quirúrgico adaptado a las opciones reales en base a los estudios realizados.
– El paciente se reunirá además con un anestesiólogo para conocer los detalles relacionados con el procedimiento anestésico. Por otra parte, el cirujano podrá requerir asistencia de otros especialistas para estudiar aspectos funcionales del órgano en cada caso.
– Al momento de la intervención, el paciente deberá presentarse habiendo ayunado al menos ocho horas y sin haber consumido sustancias que puedan alterar el proceso de cicatrización. No deberá llevar joyas ni maquillaje
– La rinoplastia puede realizarse por diversos métodos. Entre ellos están el abordaje abierto (que deja una cicatriz mínima en la base de la columela), cerrado (con incisiones endonasales sin cicatrices externas) y también a través de otros procedimientos por vía bucal. El cirujano optará por alguno de ellos de acuerdo a cada caso en particular.

Junto a la cirugía nasal se pueden realizar otros procedimientos destinados a mejorar la eficacia del órgano.

Luego de la intervención se colocan en las fosas nasales tapones que servirán para mantener la estabilidad estructural y evitar el sangrado. Además se utilizan férulas y vendajes. A partir de ese momento se inicia el proceso de curación postoperatoria. En esta fase, el paciente suele guardar un mínimo reposo e ingerir abundante líquido, al tiempo que utiliza analgésicos y otros medicamentos que le hayan sido prescritos. Los tapones se retiran en horas o días, según las características de la intervención. La férula y los vendajes se reajustan a medida que vaya desapareciendo la inflamación nasal.

Posibles complicaciones

La mayoría de las intervenciones de rinoplastia se realizan con éxito, pero como cualquier operación no es completamente imposible que se presente alguna complicación, como por ejemplo obstrucción nasal, sangrado postoperatorio, rotura de vasos sanguíneos, infección o resultados no satisfactorios. Sin embargo, tomaremos una buena decisión acudiendo a profesionales cualificados como el doctor Alarcó, uno de los especialistas más destacados de la rinoplastia en Tenerife.