Prevención y tratamientos contra la celulitis

Un gran porcentaje de mujeres padece (y realmente el verbo es adecuado) celulitis, ese trastorno de la piel también conocido como piel de naranja y que tanta angustia provoca por sus desagradables consecuencias estéticas. La celulitis se produce por una alteración circulatoria en la capa adiposa que está bajo la piel y comienza cuando el tejido graso se incrementa y el engrosamiento de las paredes que lo rodean provoca las típicas depresiones u hoyuelos.

Factores de prevención

Si bien se puede hablar de cierto grado de predisposición genética, existen algunas medidas que pueden evitar o reducir la incidencia de la celulitis. En primer término, una dieta saludable en la que el consumo de azúcares y grasas sea moderado o reducido y donde predominen alimentos como las frutas y las verduras, puede ser de gran ayuda. También la actividad física regular contribuye a prevenir este trastorno. En tal sentido, son aconsejados aquellos ejercicios de duración prolongada que fortalecen las piernas y los glúteos, zonas en las cuales las mujeres suelen acumular más tejido graso.

Cabe señalar que el consumo excesivo de alcohol y el tabaco también contribuyen a generar o agravar la celulitis. En el primer caso, la ingesta de este tipo de bebidas aumenta los niveles de ácidos grasos, creando depósitos adiposos, especialmente en las partes del cuerpo propensas a acumularlos en exceso, mientras que el tabaco, cuyos efectos negativos están ampliamente difundidos, tiene consecuencias adversas también en el sistema circulatorio y la piel, lo cual no hace más que agravar el problema.

En resumen, todo aquello que la moderna medicina aconseja como parte de un estilo de vida saludable contribuirá en gran medida a prevenir el surgimiento de la celulitis o, al menos, ayudará a mantenerla a raya.

Tratamientos contra la celulitis

A pesar de los grandes avances de nuestro tiempo, la celulitis no es fácil de combatir. Los resultados de tratamientos cosméticos no cuentan aún con un respaldo científico sólido y pueden ser en el mejor de los casos temporales. Por otra parte, ciertos tipos de masajes pueden mejorar el trastorno en forma parcial, pero esto dependerá de la naturaleza de cada caso en particular. En cuanto a la liposucción, el paciente deberá adoptar un estilo de vida saludable para obtener resultados duraderos tras la intervención.

Existen procedimientos quirúrgicos de mayor efectividad que implican el desprendimiento epidérmico de la capa de tejido graso. Se trata de métodos que deben ser aplicados sólo por indicación médica en relación a la situación particular de cada paciente. Por tanto, lo mejor en estos casos es cosultar con su médico.