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La cirugía estética en invierno

Aunque en Canarias no sufrimos de un invierno particularmente inclemente, el tema de la cirugía estética en invierno es pertinente ante la bajada de las temperaturas y el cambio en la incidencia del sol. Durante los meses del verano mucho suele hablarse del cuidado de la piel debido a la frecuente exposición al sol intenso de estas épocas, en las que el bronceado y las actividades al aire libre son el mayor privilegio a disfrutar. Luego, una vez llegado el invierno las temperaturas bajan, los días se acortan y la exposición de la piel al sol disminuye, al igual que muchas de las actividades al aire libre que en el verano solían disfrutarse.

Cirugía estética en invierno

La época invernal es la más recomendada para llevar a cabo procedimientos estéticos que involucran renovación profunda de la piel, como peelings y láser, ya que la exposición al sol suele ser menor durante estos meses. Para la recuperación óptima de estos tratamientos y para obtener los mejores resultados posibles es de suma importancia evitar la exposición a los rayos ultravioletas del sol durante las semanas posteriores al procedimiento. De no protegerse del sol, pueden quedar secuelas y daños permanentes en la piel como manchas y cicatrices.

Es por esto que el proceso de recuperación puede llevarse a cabo de una manera más satisfactoria durante el invierno, debido a que las personas suelen pasar más tiempo resguardadas y sin exponerse al sol, mientras que en el verano se busca el aire libre y los rayos solares se intensifican.

Los daños del sol no toman vacaciones

Pese a que el invierno implica menores riesgos para la piel, no hay por qué descuidarse durante estos meses. Un error que suele cometerse muy a menudo es disminuir la atención a la salud de la piel, como si dejasen de existir factores de riesgo que pueden ser también perjudiciales.

La realidad es que durante esta fría estación también hay que tener cuidado, ya que el cutis suele maltratarse debido a las bajas temperaturas, que pueden causar intensa deshidratación, y los constantes cambios bruscos del frío al calor de la calefacción (en el caso de quienes necesitan utilizarla) que dificultan mantener equilibrio en la piel.

Además, la mayoría de las personas se olvidan del bloqueador solar durante estos meses y exponen sus pieles a los rayos ultravioletas del sol sin tener conciencia de que, a pesar de sentirse de forma menos intensa que en el verano, siguen siendo muy agresivos y dañan profundamente la piel.

Sin importar si es verano o invierno, la regla principal para el cuidado de la piel es la protección de los rayos solares, sobre todo cuando se buscan los mejores resultados tras la realización de tratamientos estéticos profundos en la piel.